La prensa escrita en manzanillo: Apuntes para una historia (página 2)
También es necesario destacar la valiosa ayuda brindada por Odmundo Planas, director del Museo de Luchas Obreras en Manzanillo (1982), así como la abierta y entera cooperación de Raúl Rivero García, periodista (Jubilado) del órgano de prensa provincial La Demajagua, y que a inicios de la Revolución dirigiera los periódicos surgidos en esa etapa en Manzanillo, por orientación del Partido Comunista en esta zona (1968), quien puso en nuestras manos todo el caudal de sus conocimientos y archivo personal.
Igualmente destacamos la desinteresada colaboración de Delio Orozco, director del Archivo Municipal de Manzanillo, quien además nos encaminó y contribuyó con sus conocimientos al feliz término de este trabajo.
Todos ellos, de una manera u otra, posibilitaron la conformación de este volumen; a ellos nuestro más sincero agradecimiento. A todos, gracias.
Solo resta invitarles a recorrer estas valiosas páginas donde la pujanza cultural de un pueblo rebelde y revolucionario, fiel al legado de La Demajagua, Las Coloradas, Celia y Fidel, quedó impresa en más de siglo y medio de prensa plana (periódicos) de un Manzanillo que tantos aportes hiciera a la historia patria y ahora suma otro granito de arena para la Historia de la prensa en Cuba.
PRIMER CAPITULO
AMANECER DEL PERIODISMO EN MANZANILLO
LA PRENSA EN EL SIGLO XIX
La fundación y antecedentes de la tipografía en Cuba debe ubicarse en un lapso del siglo XVIII, aunque sus límites son difíciles de precisar con exactitud. No obstante si se fuera a hablar en términos reales de tiempo, podría decirse que oscilan cerca de ochenta años, desde la introducción de la imprenta hasta los albores del siglo XIX.
La imprenta llegó a la Isla hacia 1720, casi ciento ochenta años después que a México y ciento cuarenta después que a Perú, cuando ya había sido establecida en Guatemala, Paraguay y Brasil; La Habana fue la séptima ciudad de la América española que tuvo imprenta. La historia de la imprenta en Cuba no comienza, sin embargo, hasta 1723, fecha del primer impreso conocido. (1)
Sin embargo, los avatares por los que pasa le señalan los 30 años posteriores como de tropiezos y sin afianzamiento, hasta el punto que, ya en crisis en 1753, tienen que imprimirse en México los reglamentos militares para las guarniciones de Santiago y La Habana porque en ésta no se encuentra un taller capaz de cumplir tal encargo.
Algunos estudiosos del tema aluden a una prehistoria de la imprenta y de una historia cuya etapa inicial comenzaría en realidad el periodo de fundación de la tipografía cubana. La prehistoria abarcaría los treinta años que van de 1723 a 1753, desde la aparición hasta su eclipse; y un período de fundación propiamente dicho que se iniciaría en 1754 —fecha en que se establece en La Habana el impresor Blas de los Olivos— y concluiría en 1790, año en que aparece el Papel Periódico de la Havana, bisemanario que abriría las puertas a una producción relativamente planificada y continua que lo asemejaría al taller moderno. (2)
Breve historia de una época
A partir de 1820, España atraviesa grandes contradicciones políticas que estremecen el Reino y se dejan sentir con violencia en sus colonias. A mediados de 1823, el Rey Fernando VII abolió el sistema constitucional, limitando toda la incipiente prensa de la época. Cuba no escapa a esta situación y en condiciones tales en La Habana se crea la Junta de Censura.
A través de esta arbitrariedad la prensa cubana conoce la primera censura periodística; por lo que el auge alcanzado desde la fundación del Papel Periódico de La Havana, en 1790, se ve frenado de manera abrupta.
Numerosas publicaciones surgidas en el país desde ese entonces se ven obligadas a dejar de circular o a cambiar la línea informativa, incluyendo la monárquica. Solo se publican noticias oficiales, movimientos de buques, vales de sueldos, indultos, anuncios, mercancías, etcétera.
Años posteriores, cuando el gobierno de la Metrópoli ofrece algunas facilidades en ultramar para el desarrollo de la prensa, es que comienzan a publicarse periódicos de diferentes tendencias a lo largo de toda la isla.
Antecedentes económicos y socioculturales de Manzanillo
Manzanillo en los inicios del siglo XIX se muestra como una floreciente Villa (categoría otorgada desde 1833), dado su auge económico sustentado en la explotación y exportación de madera preciosa; el cultivo de frutos menores, tabaco y el posterior y progresivo desarrollo del renglón azucarero, aparejado ello a un rápido crecimiento de la población que a su vez trae consigo el aumento de sus necesidades y un despegue cultural del territorio y sus moradores.
Muestra de ello son la creación de diferentes instituciones como una escuela para niños (1841), la iglesia parroquial (1843), la Sociedad Filarmónica (1851), y la inauguración del teatro principal de Manzanillo (1856), entre otras.
1.2 Amanecer del periodismo en Manzanillo. El primer periódico.
El propio desarrollo socio-económico y cultural de la floreciente Villa condiciona el surgimiento de la prensa plana en esta ciudad costera de Oriente, unido a los anhelos de Francisco Murtra, laborioso impresor de Trinidad empeñado en gestar la tipografía en Cuba y fundar instituciones de esta índole en todo el país. (3)
En el libro (inédito) Efemérides de Manzanillo: Ciudad-Masó, de Modesto Arquímedes Tirado, se señala que a finales de 1856 llega a Manzanillo procedente de Bayamo, Francisco Murtra, quien funda una imprenta y edita el primer periódico titulado El Eco de Manzanillo, vocero informativo destinado a dar a conocer la entrada y salida de buques en el puerto, anuncios de mercancías y bandos del Capitán General de la Plaza de esta ciudad, referidos a órdenes de gobierno, etc. Señala Tirado además que en esta primera etapa tuvo vida efímera, deja de publicarse al poco tiempo, en 1857, surgiendo luego en 1882, 1900, 1933 y en 1950, ya en forma de revista.
Esa aseveración, que no nos da una fecha exacta de aparición del primer periódico, ni sus características en cuanto a circulación; no obstante, se sustenta también por otros datos. Si tomamos en consideración lo planteado sobre Murtra en el libro Diccionario Biográfico Cubano, de Francisco Calcagno, y que comprende hasta 1878, encontramos que es oriundo de Trinidad y que pasó, siendo muy joven aún, a Estados Unidos donde realiza el aprendizaje de tipografía en las oficinas de James Hardig, Filadelfia, practicando después en las primeras imprentas de New York, en ese país. Sobre su labor editorial, se dice:
"… publicó periódicos en varios lugares de la Isla, siempre en ciudades de gran desarrollo que posibilitaran sus anhelos. En 1856 llega a Manzanillo funda la imprenta y publica el primer periódico el cual tuvo vida efímera en esa etapa debido a que Murtra reside poco tiempo en la ciudad, y luego pasa a Sancti Spíritu, donde también funda una imprenta y publica un periódico.(4)
Puede notarse que 1856 es el año que se da por sentado de la llegada de Murtra a esta Villa y como fecha de fundación de la imprenta y aparición del periódico El Eco de Manzanillo. Investigaciones más recientes nos llevan hasta la página web Guije.com en que se publica un artículo sobre el periodismo en Trinidad y donde se reseña sobre Francisco Murta:
"No cabe duda que, a Don Cristóbal Murtra, se le debe la implantación de la imprenta en Trinidad. Vizcaíno muy activo y de conocimientos variados, dejó aquí una distinguida sucesión, sobresaliendo brillantemente su hijo Francisco que, en el 1845 fundó la imprenta, y periódico "Hoja Económica en Cienfuegos; en 1855 estableció en Bayamo el primer taller tipográfico, fundando el periódico "El Boletín"; puso en 1856 en Manzanillo la primera imprenta, así como el primer periódico "El Eco", y, en 1859, empezó en Matanzas su obra "Diccionario Tipográfico Cubano", pasando después a Sancti Spíritus donde también fundó imprenta y editó el periódico "La Revista" y compuso un folleto también titulado: "Reglamento para el Gremio de Impresores". (5)
Si tomamos en consideración la referencia a esta publicación aparecida en la revista de igual nombre El Eco de Manzanillo, pero editada en Manzanillo en 1950, V Etapa, y dirigida por Epifanio Sánchez Quesada, encontramos que en su margen derecho, entre paréntesis, aparece: " Inició su publicación en su primera etapa en el año 1856 ". Ello también da por sentado que muchos estudiosos han tomado por válida esa fecha.
Estos documentos (Efemérides de Manzanillo: Ciudad-Masó, Diccionario Bibliográfico Cubano, Guije.com y revista Eco de Manzanillo-1950) dan al 1856 como año de surgimiento en Manzanillo de su primer periódico. No obstante a ello, parece polémica sustentar tal afirmación si se analizan otros datos de la época sobre este acontecimiento editorial manzanillero.
En el Archivo Histórico de Manzanillo, tal y como nos facilitara su director Delio Orozco, existe un " acta sobre un pago de impuesto a nombre de Francisco Murtra, vecino de Bayamo, con fecha 30 de agosto de 1856, a la Sociedad la Filarmónica ", lo que nos sitúa a este impresor todavía en esa localidad y no en Manzanillo, tal y como se planteara en los documentos anteriores. Cierto es que ello deja un margen de cuatro meses restantes para terminar el año, pero conocemos que fundar y editar un periódico no es tarea tan fácil.
Para mayor seguridad, tomemos como referencia el artículo Poemas de Carlos Manuel de Céspedes, en El Eco de Manzanillo, de los autores Ángel Cristóbal García y Violeta Cárdenas Echevarria, quienes aseveran que este periódico realmente comenzó a circular el 19 de julio de 1857.
Aparece por primera vez este periódico el domingo 19 de julio 1857, el cual será denominado por su propia redacción: "Hoja oficial, económica, y mercantil" pues su objetivo principal consistiría en insertar con preferencia la parte gubernativa y judicial, la económica y mercantil, para procurar dar a estas tres secciones todo el interés que permitiera divulgar el estado y desarrollo de la villa manzanillera por esos años. De los demás periódicos extraía El Eco aquellas noticias que dieran a conocer los adelantos de las diferentes regiones de la colonia, o que interesaran por otro concepto, como por ejemplo la actividad mercantil dadas las características de esta publicación. Además de las tres secciones mencionadas El Eco divulgaba premios de la "Real Lotería", los días de vacunas, el almanaque -sección de horóscopos-, el arreglo de viajes de vapores, servicio público, y el turno de empleados civiles y facultativos, así como otros anuncios menores (especie de clasificados), que incluían desde la compra-venta de esclavos, hasta el anuncio de ofertas de sanguijuelas a precios módicos. Dos veces a la semana, jueves y domingo, circulaba este periódico, cuyo precio de suscripción, que incluía la entrega a domicilio, era de un (1) peso trimestral. Los artículos no se admitían en la redacción sin el requerimiento de censura. (6)
Otros apuntes analizados resaltan que en El Eco de Manzanillo, a la edad de doce años, comienza a trabajar Rafael María Merchán como aprendiz de cajista. Una mirada a la biografía de este manzanillero nos permite encontrar:
Nació el 2 de noviembre de 1844 y murió el 19 de marzo de 1905. La venida al mundo se encuentra registrada en el Archivo Parroquial de la ciudad de Manzanillo. Desde muy joven y cuando apenas contaba con 12 años de edad, despertó en él la afición por la tipografía, trabajando como aprendiz en una imprenta de la localidad. Colaboró en la edición del Eco de Manzanillo, primera publicación de esta índole que registra la ciudad y colaboró en la redacción del periódico La Regeneración, de Bayamo; aunque en ambas su labor se limitó a obligaciones tipográficas. (7)
Un simple análisis de la fecha de nacimiento de Merchán nos sitúa que en noviembre de 1856, éste tiene doce años, lo cual implica que El Eco de Manzanillo tiene que haberse publicado posterior a esa fecha. Es más factible entonces aceptar como la fecha de publicación de este periódico el 19 de julio de 1857 y si por otro lado recordamos notas anteriores sobre su circulación hasta meses después de iniciado el 1858, podemos afirmar que su vida no fue tan efímera como señalara Tirado.
Puede entonces asegurarse que el surgimiento de la imprenta estuvo condicionado por un doble propósito: dar a conocer el propio desarrollo alcanzando por la Villa en todos los aspectos de la vida socio-económica y cultural, y por la consumación de los ideales de Murtra, de crear una industria tipográfica en el país.
Aclarado todo, podemos afirmar que con la aparición de El Eco de Manzanillo. a solo sesenta y siete años de haberse fundado el Papel Periódico de la Habana (1790), comienza a gestarse el periodismo en esta zona del Guacanayabo y con ello todo un movimiento editorial que duraría más de siglo y medio.
1.3 Céspedes y el periodismo
Es válido significar que en este periódico colabora quien años más tarde ocuparía un lugar cimero en la historia patria: Carlos Manuel de Céspedes, lo cual se sustenta con datos de importantes publicaciones.
En primer lugar tendríamos que tener en cuenta el articulo Poems de Carlos Manuel de., y echar un vistazo al plegable Mapa Histórico-biográfico Mayor General Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, ediciones GEO 2004, de la Oficina nacional de hidrografía y geodesia. Artículo Síntesis biográfica del… (sic)", páginas interiores, párrafo cuarto, así como la página web Biografía de Carlos Manuel de Céspedes, documentos que nos revelan sobre este bayamés radicado en Manzanillo desde 1852 que " colabora en los periódicos La Prensa, de La Habana; El Redactor y El Seminario Cubano, de Santiago de Cuba; El Eco, La Antorcha y El Comercio, de Manzanillo; y en El Boletín y La Regeneración, de Bayamo; entre otras publicaciones. Era un hombre atento al progreso y no permaneció indiferente a los problemas de la patria."
Uno de los poemas de marras publicados por Céspedes en El Eco de Manzanillo, el 19 de julio de 1857 fue "Desencanto" Hijo del amor, del goce y la sonrisa, / nace el hombre a la fe y a la esperanza, y por el mundo férvido se lanza, /y cree que alfombra de claveles pisa. A sus pies los abismos no divisa, /Ni la tormenta oculta en la bonanza: solo siente placer y bienandanza, /respira solo amor, juegos y risa. Mas, ¡ay! que pasan los fugaces años, Y huyen los sueños de zafir y rosa: Hieren su corazón los desengaños, /Ve la verdad desnuda y horrorosa, es dichoso, si al fin de su existencia, /le acompaña al sepulcro una creencia.
Otros poemas suyos vieron la luz en esta publicación, como En el Río, que "fue hallado por un colaborador del periódico Regeneración, de Bayamo, cierto día que paseaba por las orillas de ese pintoresco río -río Bayamo-" Tal como lo encontró, sin firma, lo publicó en el número correspondiente al 29 de octubre de 1857 y más tarde fue reeditado por El Eco de Manzanillo -jueves 5 de noviembre de 1857-, con una breve nota de presentación donde se aclara que pertenece a Céspedes.
Casi dos años después de El Eco de Manzanillo, surge en marzo de 1859 La Antorcha, que se anuncia así mismo como periódico mercantil, económico y literario, con salida dos veces a la semana: jueves y domingo. Se edita en la imprenta de igual nombre, propiedad de Rafael García, periodista expulsado de Puerto Príncipe por sus ideas liberales.
Contaba con cuatro páginas, escritas a tres columnas. Comprende poesías, anuncios, notas sueltas, salutaciones y una sección titulada Mesa revuelta. A partir de diciembre de 1860 comienza a salir como tabloide a dos páginas, cuatro columnas, como lo demuestran los números 23, del jueves 21 de marzo de 1861, Tomo II y el 36, del domingo 5 de mayo de 1861.
En 1862 (# 101, jueves 18 de diciembre, Tomo III) anuncia que saldrá tres veces a la semana: miércoles, viernes y domingo. Publica órdenes del gobierno, disposiciones de los tribunales, acuerdos del ayuntamiento, entrada y salida de buques y noticias marítimas, comerciales, económicas y locales.
En un recuadro, en primera página, saca los precios de suscripción y de anuncios, y sobre estos últimos, señalaba " el que abone un año adelantado tiene derecho a publicar sus anuncios gratis por tres días cada mes ", una manera de garantizar su circulación pues se conoce que los periódicos de esa época subsisten gracias a los pagos de anuncios.
En 1863 se presenta el machón (La Antorcha) en letras góticas, adornadas y el correspondiente al Domingo 18 de enero 1863, no. 8, anuncia en un recuadro que se publicará viernes y domingo.
En un recuadro aparecido en la primera página del número 26, con fecha domingo 1 de marzo de 1863, tomo IV, dice de si mismo: " Se publica en él las órdenes del gobierno, disposiciones de los tribunales, acuerdos del Primer Ayuntamiento, entrada y salida de buques y demás noticias marítimas , comerciales, económicas y locales".
En las páginas de este periódico, en el número 26 citado, en sección dedicada al editorial La Antorcha se ofrecen datos que reafirman nuestra aseveración sobre su fecha de surgimiento:
" Voy a expresar algunos pensamientos que ha sugerido La Antorcha, al entrar en el cuarto año de su existencia… En este periódico ya no se debe hablar de la necesidad de la prensa, de sus ventajas y saludable influjo sobre los intereses y la moralidad del público… El mayor número de publicaciones supone que en Manzanillo y su extensa jurisdicción es una necesidad la prensa periódica…" (8)
Y por otro lado se pone de manifiesto en esas líneas la importancia que se le concede en esos años a la prensa periódica y su papel sobre las masas, la necesidad de su existencia en la localidad y todo el espacio que esta comprende. En cuanto al surgimiento y las funciones de ésta, en el mismo editorial aparece:
" su aparición y existencia en un pueblo supone desarrollo de inteligencia y de intereses… la prensa periódica eminentemente social, eminentemente justa e imparcial… constituida como una antorcha en medio de las capacidades de los intereses y las pasiones, interviene en la administración, y positivamente dicta sus leyes que dirigiendo la razón del entendimiento mueven las verdaderas creencias, establecen la moralidad de las acciones y conducen la filosofía…"(9)
Es de destacar la forma en que se trata el tema del campesino en este periódico. En el número 26 antes citado, en la tercera página, columna 1, párrafo 10, aparece:
" La Antorcha acaba de decir, hablando en general de los campesinos de esa parte de Oriente, estas significativas palabras: donde reina tanta indolencia que cree uno hallarse en los siglos XVI y XVII. En el campesino de Oriente de Cuba, en el interior, con frecuencia vive y muere sin saber que juez rige su Partido y sin conocer de su país más que la comarca en que mora y la distancia del jato a la ciudad del Bayamo y al pueblo de Tunas, todo allí permanece estacionario…"(10)
Más clara no puede ser la visión que se da de las condiciones en que vivía el campesinado en aquellos años de Colonia; una situación pésima y mísera. En párrafos posteriores de ese mismo artículo, se manifestaba:
". ocúpese la prensa de esta cabecera porque acabe de cambiarse la situación infeliz de esos campesinos, dándoles posesión inmediata legitima y pacífica de los terrenos que ocupan a lo largo de las costas del río Yara, Jibacoa y Guá conforme con el pensamiento del gobierno de Su. M. Expresado en Real Cédula de 1852, désenles, y aprovéchense en ellos los de la última soberana resolución, y entonces sacudida la apatía con la esperanza de hacer suyo el fruto del trabajo y sepultada para siempre la insensibilidad actual, la ventajosa situación, la división territorial y el trabajo, alejarán la miseria de esa rica comarca…
… esfuércese pues la prensa periódica en Manzanillo porque desaparezca la situación horrible de sus campesinos…" (11)
En todo lo antes expuesto apreciamos las ansias de mejoramiento de las condiciones materiales y de vida de nuestros patricios, se encarna además la aspiración de la minoría dirigente que, desde hace algunos años atrás, se empeña en materializar la transformación de la Isla. Constituye el reflejo de las aspiraciones de la clase burguesa por cambiar la situación del campesino, lo que traería consigo la utilización más consecuente y radical de las riquezas del suelo y el desarrollo económico del país. Estas ideas progresistas, de cierta manera vistas en las demandas hacia la tierra, como medio de subsistencia, se promulgaban desde hacia ya algunos años.
La edición del viernes 23 de diciembre de 1864, no. 153, sale como tomo V, y en sus páginas tenemos una caracterización real de los motivos editoriales de La Antorcha:
" Se publica en él las órdenes del gobierno, disposiciones de los tribunales, acuerdos del Primer Ayuntamiento, entrada y salida de buques y demás noticias marítimas, comerciales, económicas y locales… "(12)
A partir de esa fecha comienza a publicarse tres veces a la semana, miércoles, viernes y domingo, aunque en algunos casos también los jueves. Se escribe a tres columnas y edita en cuatro páginas. Su director sigue siendo Rafael García, quien a su vez se mantiene como dueño de la imprenta La Antorcha, donde se imprimía, sita en la calle de Valcour, de esquina a" (opuesta) la de Isabel II (sic). Como administrador funge Manuel López.
El número suelto costaba un real. En sus páginas aparecen anuncios, comerciales, poesías, memorandos, mesas revueltas con chismes sociales, clasificados, todas dentro de las secciones no fijas, y dentro de las fijas están la judicial, la oficial y una legal, así como el permanente editorial dedicado a La Antorcha, con un carácter clerical.
En este periódico, es de destacar, colaboran los Licenciados en Derecho Lucas del Castillo (13) y Carlos Manuel de Céspedes, quienes conspiran contra el gobierno de la metrópoli y alientan los anhelos independentistas de los cubanos.
El número 70, de fecha domingo 5 de junio de 1864, tomo II, sale completamente en color amarillo, siendo la primera vez que se utiliza el color dentro del periodismo manzanillero.
En la colección analizada están además los ejemplares correspondientes al número 8, domingo 18 de Enero de 1863; y los no. 25, 40, 134 y 153, del viernes 26 de febrero, domingo 5 de abril, miércoles 9 de noviembre y viernes 23 de diciembre, todos de 1864, Tomo V.
No podemos pasar por alto mencionar que en la imprenta de este periódico, Domitila García Doménico, hija de Rafael García, dio sus primeros pasos en la tipografía y en el periodismo, convirtiéndose en la primera mujer en Manzanillo dedicada a este trabajo. Posteriormente, en 1866, en compañía de la poetiza Zofia Estévez Valdés, Domitila funda en Camagüey la revista El Céfiro, de la que fue redactora hasta 1867 y luego se traslada a La Habana en 1868, donde funda también tres semanarios: El eco de Cuba (1869) El correo de las damas (1875) y la Crónica Habanera (1895). Fue además creadora de la Academia de tipógrafos-encuadernadores, primera de su clase en Cuba.
Puede agregarse además que Domitila colaboró en La Patria, La Guirnalda, El Álbum (publicación manzanillera), El Hogar, El Fígaro y La Discusión. Es autora de la antología Álbum práctico fotográfico de escritoras y poetisas cubanas (1868), y escribió algunos libros en su larga vida dedicada a esta profesión (Dejó inédito su libro Cubanos beneméritos y la novela Los enemigos íntimos. Y para sus escritos y textos utilizó los seudónimos Ángela y Jatibonico). (14)
En Enero de 1864 se publica en Manzanillo un semanario satírico con el nombre de Cotorra, dirigido por Lorenzo Puentes Acosta, joven fotógrafo puertorriqueño que se encontraba accidentalmente en la ciudad. Este periódico duró poco tiempo y la imprenta donde se edita es adquirida por Bartolomé Masó Márquez y Gines Escaverino Linares, quienes publican una hoja interdiaria titulada El Comercio, la cual ve la luz en mayo de ese año y que " éstos escogieron precisamente para no despertar sospechas por las frecuentes incursiones que hacían en el campo de la política de aquellos tiempos, cultivando el sentimiento cubano y poniendo al descubierto los desaciertos de los gobiernos." (15)
El Comercio se anuncia como periódico literario, económico, mercantil de anuncios y noticias. Sale miércoles, viernes y domingo; la suscripción era de $2.40 el trimestre; y la redacción y administración se encontraba en la calle del Ángel.
Presenta cuatro páginas escritas a cinco columnas, y tiene varias secciones fijas dedicadas a diferentes aspectos, entre éstas: una sección oficial en la que aparecen órdenes del gobierno, una comercial, una mercantil donde se plasma la entrada y salida de barcos en el puerto, y algunas informaciones referidas a las mercancías; así como nunca faltaba el editorial con carácter eminentemente político.
Entre las secciones no fijas se destacan las secciones Folletín, con literatura y poesía, y la denominada Gacetilla, así como anuncios, cronologías de fechas históricas, la floresta manzanillera, concepciones poéticas y literarias y las sátiras folletinescas, efemérides locales y problemas de tribunales, etc.
Este rotativo pasa por dos épocas, las ediciones correspondientes al año 1865 se fechan como Segunda época, año I. Junto a los temas tratados publica versos hechos por los cubanos, reflejo de cómo el periodismo en la localidad entra en su mayoría de edad, desde sus mismos inicios.
El periódico como tal se edita en la imprenta El Comercio y estuvo saliendo hasta 1868. Fue una publicación de marcado patriotismo que burla la censura hasta pocos meses antes de comenzar la guerra de independencia de los Diez Años, iniciada por Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, el 10 de octubre de 1868.
En él colaboran figuras como Rafael María Merchán y Bartolomé Masó Márquez. De éste último, Modesto Arquímedes Tirado Áviles señala en su trabajo de recopilación de datos titulado Efemérides de Manzanillo: Ciudad Masó:
" Masó era colaborador asiduo de El Comercio, lo que le ocasionó muchas desazones y hasta lances personales que él trataba de rehuir, su ascendencia iba creciendo entre la juventud de aquella época, que unida a la parte liberal del pueblo, aplaudía sus gestos de rebeldía…" 7
" llegó a convertirse en la pesadilla de las autoridades locales, las persecuciones servían para aumentar la simpatía de los cubanos…. Al estallar la guerra del 1868 allí estuvo presente Masó con sus hermanos, Rafael e Isaías, en primera fila. " (16)
En el mismo año 1864 en que comienza a publicarse el periódico El Comercio, surge en Manzanillo otro titulado La Aurora, dirigido por Carlos Manuel de Céspedes, pero al señalarlo lo hacemos basándonos solo en referencias de los testimoniantes Wilfredo Naranjo Gauthier, veterano periodista de Manzanillo (fallecido) quien se dedicara por muchos años a la investigación de la historia de esta ciudad, y Raúl Rivero García, periodista jubilado del órgano provincial de Granma La Demajagua, quien aseguró haber tenido un ejemplar de este rotativo.
Modesto Arquímedes Tirado en su libro, página 96, TI, plantea que Aurora era de Rafael María Merchán.
LA GUERRA DE 1868
En la década del sesenta el país vive un período de agitación revolucionaria. Los cubanos, cansados de pedir reformas a España se dan cuenta de la necesidad de separarse radicalmente de la metrópoli para resolver esa situación, pues ni el anexionismo, ni el reformismo podían ser ya las soluciones esperadas.
Muchos intelectuales provenientes de familias ricas, pero con ideales progresistas, se ponen al frente del ideario independentista de esos años. Y es precisamente en la región oriental donde éste prende con mayor fuerza dado en las propias características de la zona.
En Manzanillo se destacan figuras como la de Rafael María Merchán, Bartolomé Masó Márquez, Carlos Manuel de Céspedes, Lucas del Castillo, quienes conspiran contra el gobierno y propugnan los ideales independentistas.
Céspedes, Lucas del Castillo, Francisco Vicente Aguilera, Pedro Figueredo, Francisco Maceo Osorio y Jaime Santiesteban, descuellan como los dirigentes de la conspiración revolucionaria que se gesta en esta región oriental de Cuba.
Al estallar la guerra de independencia el 10 de octubre de 1868, como último recurso que le queda a los patricios criollos, la Metrópoli trata de frenar esa revolución e impone férrea mano sobre la vida de la población en la Isla. Entre las medidas adoptadas, dice Tirado en su libro Efemérides., página 117. TI, se limita la acción de la prensa en todo el país. " La libertad de prensa precariamente mantenida, fue ahora eliminada y todos los periódicos de provincias obligados a cerrar sus puertas, al igual que en el resto del país. "
Breve libertad de imprenta.
El 9 de enero de 1869, a los tres meses de iniciada la guerra de los diez años, se decreta la libertad de prensa, lo que trajo como consecuencia un incremento considerable de publicaciones en toda la Isla, En su trabajo antes señalado, Tirado expresa:
" El general Domingo Dulce es nombrado para desempeñar el gobierno de la Isla de Cuba, en ese período de guerra con el propósito de tranquilizar los ánimos y de acuerdo con los nuevos planes de pacificación que traía, intentó cambiar el sistema anterior, restaurando las libertades como había sucedido en la península; dentro de las medidas tomadas una de las importantes fue conceder la libertad de imprenta al publicar un decreto el 9 de enero de 1869, que saliera en la Gaceta oficial de la Habana, suprimiendo la previa censura existente, pero haciendo presente que ni la religión católica en su dogma, ni la esclavitud, hasta que las Cortes Constituyentes resuelvan, pueden ser objeto de discusión.." 17
Expresamente era una libertad de imprenta pero con limitaciones. Este decreto tuvo vigencia sólo durante 33 días, en los cuales vieron la luz 88 periódicos. En La Habana, en un solo día, aparecen de manera asombrosa hasta doce publicaciones con títulos subversivos. Este inspirado brote provocó la repulsa reaccionaria de los voluntarios, quienes atemorizados, obligaron al gobernador, un mes después, a publicar un nuevo decreto para detener tal avalancha de periódicos.
Esta fue la época de periódicos con nombre burlescos y extravagantes, la mayoría de los cuales duraron poco tiempo, llegándose a publicar a veces un solo número de éstos, como es el caso de El Diablo Cojuelo, de José Martí, Rafael María Mendive y Fermín Valdés Domínguez, y que circula en La Habana el mismo día 9 de enero y que se destaca dentro de la manifestación de sentido nativo de esos años.
En Manzanillo, posterior a la libertad de prensa decretada el 9 de enero, nos dice Tirado en su libro inédito, surgen publicaciones de poca duración, la mayoría de las cuales presentan nombres de carácter violento, sin tendencias específicas, pero que por sus autores y títulos resultan heraldos de los intereses integristas tales como: La Fusta, dirigido por Enrique Montesino; El Guerrillero, de Miguel Montenegro; El Machete, El Rayo y otros por el estilo.
Con fecha 12 de agosto de 1870, en el periódico local integrista La Bandera Española, que se publicaba por esos años, sale un relato sobre la sorpresa hecha por una columna española, en la ranchería de Santa Rosa, en estos predios, a un grupo de dirigentes de la Revolución con sus familias, entre ellos el general Pedro Figueredo (Perucho) autor del Himno de Bayamo, quien estaba en muy mal estado de salud.
" guiado por confidencias seguras y datos topográficos facilitados por el jefe del cuerpo de bomberos de Manzanillo, fue que el capitán Sr. Vicente del Río con la guerrilla de la ciudad, dividida en cinco secciones,… cayeron sobre el punto denominado Santa Rosa, y sorprendieron en la madrugada del día 12, al cabecilla "titulado" Teniente General, Jefe de Estado Mayor Pedro Figueredo y Cisneros, los titulados generales Rodrigo Tamayo (padre e hijo), el titulado comandante Quintín Tamayo y familia de este y del cabecilla Machado, dejando a otros por considerar valetudinarias…" 18
Texto este que ejemplifica como los periódicos integristas de la época publican noticias e informaciones relacionadas con los hechos de la guerra, pero en los que se puede leer el no reconocimiento por parte de las autoridades españolas de los grados y cargos de los jefes del ejército libertador; al referirse a un grado o cargo se le anteponía el entrecomillado "titulado" Capitán… lo cual forma parte de los recursos utilizados por la prensa integrista y las autoridades en pos de no reconocer y mermar el alcance del ejército libertador y sus exponentes.
La Bandera Española era un interdiario integrista cuyo director, Ángel Martín, un periodista peninsular, fue muerto años más tarde, en 1898, en pleno día, al salir de su casa, como consecuencia de las campañas de provocaciones e insultos que se prodigaban los bandos contendientes, españolizantes y liberales, y que siempre terminaban en duelos y agresiones. " (19)
En el mes de diciembre (segunda semana) de 1870 se publica en Manzanillo El Voluntario, anunciándose como periódico literario, económico y comercial, con salida los jueves y domingos; la redacción y administración estaba en la calle Cristina 23. La colección analizada del archivo personal de César Sáez Codina, (ya fallecido) data de 1872, año II de su publicación. Es en este periódico donde Enrique Ubieta publica sus trabajos sobre la muerte del general del ejército libertador Luis Marcano.
Presenta cuatro páginas, escrito a cinco columnas, en las que aparecen varias secciones, fijas unas y otras no. Entre las fijas está la Oficial, con informaciones del gobierno de la ciudad; en la no fija aparecen anuncios, crónicas, clasificaciones y poesías. La suscripción ascendía 75 centavos el número.
En el publicado con fecha 28 de abril de 1872, número 67, año II, aparece una información referida a problemas administrativos en la comarca, obras de reparo y edificios en la ciudad, donde se refleja la inquietud por el mejoramiento de estos problemas locales.
También en 1870, refiere Tirado en su libro, TI, pagina 139-40, se publica Timoteo en el que Francisco Javier Antúnez, decano de los periodistas de Manzanillo, testigo de los sucesos del ataque llevado a cabo por tropas del general Calixto García y Antonio Maceo a esta ciudad, en 1873, escribe en sus páginas detalles del final de tal suceso. De esta época no se tienen más elementos para caracterizar esta publicación, aunque si sabemos que vuelve a circular años posteriores.
El Cauto, dirigido por Francisco B. Bertot, fue otro de los periódicos publicados en Manzanillo en 1873, nos dice Tirado en su libro, TI, página 133, pero se carece de evidencias para atestiguarlo plenamente.
LA TREGUA FECUNDA O REPOSO TURBULENTO
Tras el Pacto del Zanjón en 1878, la prensa cobra fuerza y nuevas formas en todo el país. Como consecuencia de la efervescencia política que comienza a adueñarse de la población, surgen publicaciones para la defensa de determinados intereses. Los partidos políticos aprovechan para lanzar impresos que respondan a sus líneas políticas. En todo el país se produce un enfrentamiento de los periódicos liberales al régimen existente, dejando entrever en sus páginas las raíces de los criollos de la Isla.
El 3 de agosto de 1878 los grupos Reformistas en La Habana forman el Partido Liberal como resultado de su fusión con los miembros liberales que propugnaban las ideas autonomistas en la capital. Comenzado el año 1879 José María Gómez le cambia el nombre por el de Partido Autonomista, con un programa de lucha bien definido y basado en tres principios fundamentales que abarcan aspectos políticos, económicos y sociales.
En esos años y los venideros (1880-1895) comienza a propugnarse tal tendencia dentro de la población: "esta pasa a ser un intento desesperado de la burguesía cubana por recuperar la función rectora en lo nativo" 20
La creación del Partido Autonomista significó a su vez la cuarta etapa y última de la corriente reformista. El historiador Sergio Aguirre nos dice de ésta: "es la expresión política de la maltrecha burguesía cubana que ha recibido por sus intereses propios una dura lección con la guerra de los Diez Años". (21)
Ante todo, los autonomistas piden a España que se cumpla lo estipulado en el Pacto del Zanjón, exigen elevar a Cuba a provincia de ultramar con los mismos derechos políticos de las provincias en la Metrópolis, claman por la libertad de imprenta y exigen en su proclama la reivindicación de la libertad civil y política en todas sus manifestaciones, reformas económicas y la mayor descentralización posible dentro de la unidad nacional, todo desde un plano político; lo cual constituye la parte negativa de esta tendencia.
En lo que va de 1881 hasta 1882, período relativamente tranquilo, los autonomistas no dejan de intimidar a España con la amenaza del movimiento revolucionario que podía producirse en Cuba si sus demandas no eran complacidas. Sin embargo, España sabe que éstos nunca llegarían a una rebelión, ya que ellos mismos se atemorizan ante la idea de que la revolución fuera encabezada por elementos no salidos de sus filas como Maceo, además de plantear que la Guerra de Independencia que se gestaba por José Martí, tiene un carácter racial.
Ese estilo demagógico, junto a los fracasos de preparar la guerra en Cuba, le sirven de pretexto a los autonomistas para amenazar a España y atraer sectores de la población a sus filas, por lo que no podemos excluir que el autonomismo contribuyó a reorganizar el espíritu cubano, lleno de escepticismo después de la Paz del Zanjón.
Con el fracaso de la guerra de los Diez Años, la firma del Pacto del Zanjón y el posterior colapso de la Guerra Chiquita, comenzó una nueva época para Cuba, pero no fue " precisamente una época pacífica". En el país se dan varios brotes armados de rebeldía que a pesar de ser sofocados en poco tiempo, tuvieron bastante fuerza como para evidenciar que el separatismo continuaba vigente en la porción más viril y consecuente del pueblo cubano.
Entre las diferentes tentativas que se hicieron para encender de nuevo la lucha armada se encuentra el estallido de la Guerra Chiquita en el 1879, la cual fracasó a los pocos meses. En los años que siguen a ésta, la lucha por la independencia se prosigue alentando ahora bajo la dirección de José Martí, figura de extraordinaria visión política.
No puede olvidarse tampoco que el 16 de agosto de 1878, como contrapartida al Partido Autonomista, se funda en la capital del país por los elementos más conservadores el Partido Unión Constitucional, comenzándose una dura campaña de hostigamiento entre ambas tendencias.
3.1 La prensa periódica tras el Zanjón.
En Manzanillo, casi con la misma fecha del Pacto del Zanjón, señala Tirado en su libro Efemérides. se publica a finales de 1878 La Doctrina, que adquiere popularidad entre la masa liberal de la población, como fiel exponente de las ideas de sus directores Eduardo Yero Buduen y Luis Rodillo, representantes ambos del Partido Liberal en la región oriental. Se estuvo publicando hasta finales de 1891. (22)
En los inicios de 1879 comienza a circular otro periódico en esta localidad con el título de El Anunciador, pero no tenemos evidencias de éste a no ser su mención en el libro inédito de Modesto A. Tirado.
El 26 de diciembre de ese mismo año se efectúa en Manzanillo la primera reunión para constituir el Comité Local del Partido Autonomista Cubano. Uno de los primeros actos de éste fue la publicación de un periódico bisemanal con el nombre de El Nuevo Régimen, y designado para administrarlo Fernando de Córdova. Los redactores fueron Fermín Mazquiaran, Quintín E. Céspedes y otros, todos catalanes que se distinguieron por sus ideas liberales.
El Oriente es otro rotativo que se publica en Manzanillo en el año 1881. Mientras que al año siguiente, 1882, corresponde la publicación de El Artesano, periódico publicado por la raza de color y que se anuncia como "defensor de los intereses populares", siendo dirigido por Francisco Javier Antúnez. En esta Primera Etapa, dice Pedro Deschamps Chapeaux, circulaba aún en 1883". (23)
Reaparece en el 1903, ya con la República, con una fisonomía diferente y dirigido por José del C. Guerra; administrado por Pedro Alejandro López, y se anuncia como "semanario político independiente".
Al año 1882 le corresponde también la reaparición de El Eco de Manzanillo, Segunda Etapa, esta vez bajo la dirección de Alberto Segrera de la Rosa. Se anuncia como periódico de intereses morales y materiales". Publicado en dos hojas escritas por ambos lados y a cinco columnas, en las que sobresalen temas sociales, económicos, culturales y otros. (24 )
En las secciones no fijas de este bisemanario está la del Ramillete, dedicada siempre a la mujer y a cargo de Fernando Fernández de Córdova; además dentro de esta sección se destacan poesías, salutaciones, crónica roja y anuncios.
La primera y cuarta página están saturadas de anuncios y clasificados en su totalidad, así como felicitaciones a altas figuras de la vida pública local y trabajos de crónica roja. Además se encuentra en sus páginas crítica social a problemas locales, pero sin salirse de los marcos de los intereses que representa, no obstante a ello demuestra ya una fisonomía propia en el periodismo manzanillero a diferencia de las publicaciones anteriores.
El Eco de Manzanillo se edita en esta ocasión hasta finales de 1886, en la imprenta del mismo Alberto Segrera. Luego vuelve a publicarse en 1900 y con posteridad en años de la República Mediatizada.
En 1882, señala Tirado, se publican además El hijo del pueblo, de Salustiano Bertot Céspedes, que combatió duramente al gobierno español y sufriera persecuciones y destierros por su comportamiento adverso al régimen. El Hijo del Diablo, de Fernando Fernández de Córdova (1882-85), y El Guerrillero, de Miguel Montenegro, etc. (25)
Concordia Masónica comienza a publicarse en 1883 con el objetivo de agrupar y divulgar las ideas de los miembros de las instituciones masónicas locales. (26)
En el transcurso de la segunda mitad de la década del 80 circula La voz del Pueblo, cuyo primer número sale el 26 de enero de 1886, anunciándose como bisemanario de intereses generales". Se publica los jueves y los domingos. Su director y administrador es Salustiano Bertot Céspedes. (Tal parece que en el 1882 Salustiano Bertot publicara otro con el nombre de El hijo del pueblo, pero no se tienen referencias de él, a no ser las que da Tirado,)
Es impreso en la imprenta El Comercio, a cuatro páginas, escrito a cuatro columnas. En Cuba el precio de suscripción era de $0.15 el número suelto y de $3.50 el semestre adelantado en España y en el extranjero. Su radio de acción era considerable, siendo el primer periódico de la Villa con circulación en el extranjero con cierta regularidad, mientras se estuvo publicando.
En sus páginas hay anuncios comerciales, clasificados, editoriales sociales, literatura, poesía, una sección fija de Correos con correspondencia, crónicas sociales, comentarios satíricos, movimiento de buques en el puerto, y aparecen noticias nacionales e internacionales tomadas de periódicos capitalinos, que aunque presentan cierto retraso, constituyen un paso novedoso al mejorar su contenido. Se escuda en una máscara de imparcialidad para poder ser acogido por las autoridades coloniales, como se lee en su portada:
"La Voz del Pueblo no es de esos periódicos acostumbrados a dar bombos a las autoridades sin ton ni son, nada de ello, nosotros si la autoridad merece nuestro elogios, es acreedor de ellos, se lo atribuimos… La prensa honrada está para censurar lo malo… venga de quien venga; sin hacer oposición al sistema" (27)
En la tercera semana de junio de 1887 comienza a circular La Unión, bisemanario político fundado por Wenceslao Bosh y Puig y como director funge Eduardo Camino y Baldomir. La dirección, redacción e imprenta se encontraba en la calle Salas 14. Se editaba en la imprenta La Unión y el precio de suscripción en Manzanillo y jurisdicción ascendía a $0.50 al mes y en el resto de la Isla era de $1.60 el trimestre adelantado. (28)
En las cuatro páginas, cinco columnas, en que se editaba aparecen editoriales, anuncios, clasificados, propaganda comercial, crónica social, noticias provenientes de España, una sección de necrología con informaciones tomadas del periódico La Semana que circulaba en España, referente a los monumentos arquitectónicos en su generalidad; la sección Oficial aparecía con informaciones de asuntos de la Alcaldía Municipal.
En el número 109 de fecha 2 de agosto de 1888, Año II, aparece una información relacionada con el cambio de nombre del periódico santiaguero Industria por el de La Patria. El periódico La Unión circulaba aún en 1898, como se aprecia en el número 61, con fecha 18 de agosto de 1898, Año XII, aún con Wenceslao Bosh y Puig como fundador, pero ahora con Antonio Convit y Joles como administrador y Ramón Ibáñez Ortiz como redactor jefe.
Al año 1887, primera semana de agosto, corresponde la publicación en Manzanillo del periódico El Triunfo, en su primera etapa. En archivo existe el número 14, Año II, con fecha 19 de febrero de 1888, bajo la dirección y como fundador Eduardo Yero Buduen. En 1889 aún circulaba.
Si se toma en cuenta el número y año de publicación (14-Año II) y la fecha de salida antes mencionada, se sobrentiende que era quincenal, por ello lo enmarcamos en los primeros días de agosto de 1887 como fecha de aparición, y hacemos constar su Primera Etapa, porque luego reaparece en la Seudorepública en la década del 30.
Nos dice Aldo Naranjo, ferviente investigador bayamés que también en Manzanillo entre los años 1886-87 se publicaba en Manzanillo el periódico El Tiempo, rotativo donde Benjamín Ramírez sacara sus trabajos y que consta en las Memorias del Coronel Mambí. .obra en su poder, pero no hemos podido tener acceso a ese documento.
También en los finales de 1887, tercera semana de octubre, se publica el periódico El Liberal, bisemanario dirigido por Francisco Sarret, redactado por Ricardo Terrero Miranda. El redactor Jefe era Augusto Parro y el administrador Francisco Fernández de Córdova. Su lema era "órgano no oficial del Comité Autonomista".
Se edita a cuatro páginas, escrito entre cuatro y cinco columnas, en las que traía editoriales dedicados a la economía, anuncios, reconocimientos, salutaciones, la sección Gacetilla recogía anuncios y agradecimientos, trabajos de ciencia y agricultura y cultura local; la segunda y tercera páginas en su totalidad se dedicaban a los anuncios.
EL 20 de julio de 1889 este periódico publica en sus páginas una recomendación para ayudar al director de su homólogo El triunfo, Eduardo Yero Buduen, lo que ejemplifica que este también circulaba en este año.
En archivos existe una colección de El Liberal correspondiente a los años 1889 y 1891. En este último año, señala Tirado en su libro antes citado, " existía una controversia periodística entre este periódico y La Unión, de Eduardo C. Baldomir, la cual estaba dada en el intercambio de información donde se corregían los defectos de erratas e informaciones no veraces que aparecían en sus páginas ".
A solo un año de su publicación (1888) se anuncia ya como "Órgano oficial del Comité Autonomista ", siendo impreso en la imprenta El Progreso. A inicios de 1894, este periódico pasa a ser dirigido por José Miró Argenter; el editor y administrador es Fernando Fernández de Córdova, publicándose como bisemanario autonomista.
3.2 José Miró Argenter y El Liberal.
La rudeza de sus artículos en las páginas de este órgano de prensa, donde Miró expresa sus ansias libertarias, propicia en cierta ocasión que sea perseguido por la justicia y guarde prisión en Santiago de Cuba. Miró dirige El Liberal hasta su salida hacia los campos de batalla el 22 de febrero de 1895, con el inicio de la guerra liderada por Martí.
La vida de Miró llena páginas de historia en nuestras luchas por la independencia. Necesario es entonces resaltar algunos aspectos biográficos de él, que nos permiten entrever las magnitudes de luchador y periodista de este hombre.
"Llegó a Cuba en 1874 y radicó en La Habana hasta el 1876; español de ideas liberales se une al movimiento conspirativo cubano, ya en Manzanillo se alza junto al general Bartolomé Masò, partiendo hacia la manigua en el 1895, en pleno campo de batalla Maceo lo nombra coronel y en septiembre de ese año recibe el grado de General de Brigada, fue jefe del Estado Mayor del Ejército de Maceo, durante la campaña de occidente fue herido en el combate de Punta Brava, donde cayera el Titán de Bronce, salva los documentos del cuartel general y deja el cadáver de Maceo en lugar seguro y oculto en el Cacahual"
Miró publicaba en El Triunfo, de Santiago de Cuba, en La Doctrina, de Holguín y en EL Liberal, de Manzanillo, del que fue director hasta su salida para la revolución del 95, y que quedara entonces bajo la dirección de su administrador y editor Fernando Fernández de Córdova. Fue también redactor de El Cubano Libre, de Mariano Corona, en San Luis, a la vez que era Jefe de Archivos del Ejército Libertador. (29)
Al señalarse la labor de Miró como periodista, en su biografía se especifica:
En estos periódicos se publicaron muchos artículos de Miró que eran verdaderas proclamas contra el régimen imperante, y que le costara en más de una ocasión sufrir condenas de extrañamiento (sic) y de prisión en Santiago de Cuba.
La obra cumbre de este luchador que le ha dado justa fama como historiador y literato es Cuba: Crónicas de la Guerra, en tres tomos. Muere el 2 de mayo de 1925, en La Habana.(30)
De Miró ha dicho Tirado, y en esas líneas se da también una visión de los pormenores por los que transitaba el periodismo manzanillero de esos años:
" José Miró era sobre todo escritor de combate y militó siempre en las filas del liberalismo cubano más avanzado en aquellos tiempos en que eran asaltados y destruidos los diarios cubanos y el periodismo cubano solo proporcionaba persecuciones del gobierno, condenas de tribunales, amenazas y duelos con espadachines de oficio a sueldo de los magnates del integrismo español."(31)
En el año 1895, en el periódico El Triunfo, de Santiago de Cuba, dijo Eduardo Yero Buduen, secretario del Comité Autonomista en esa ciudad, dirigiéndose a Miró con respecto a la nueva gesta libertadora que ya bullía y se preparaba en el pueblo de Cuba y que deja ya claro cómo en los propios autonomistas las vías pacíficas dejan de ser el arma de combate: "no son estas horas de organizar legiones para la paz, sino de tomar una actitud expectante para que el pueblo de Cuba pueda seguir dignamente la inspiración que le dicten las circunstancias". 32
Esas líneas denuncian la necesidad de tomar una actitud que si bien, decía Yero, "ser expectante" se correspondía con las necesidades del pueblo y chocaba ya con las propias ideas autonomistas de los años anteriores donde se luchaba desde posiciones pacíficas, sabido es que veteranos de la guerra de los Diez Años, guiados por la relevante figura de José Martí, preparaban la nueva gesta libertaria, las convulsiones de rebeldía dejan atrás el escepticismo prendido en los cubanos después del Zanjón, y probado es ya que solo el camino de la lucha armada traería los verdaderos derechos al pueblo.
Y como culmina Yero en sus palabras dirigidas a Miró "para que el pueblo de Cuba pueda seguir dignamente la inspiración que le dicten las circunstancias" en el mes de febrero de ese mismo año estalla la guerra que duraría tres años y que arrastrara a sus filas a muchos cubanos de ideas liberales.
En 1895, el primero de abril, en el Boletín Oficial de Santiago de Cuba sale publicado un edicto firmado en Manzanillo por el señor Ramón Capetillo León, juez instructor de causas militares de dicha plaza, Comandante del primer batallón del regimiento de infantería de La Habana, donde se señala con respecto al alzamiento de Miró hacia a los campos mambises:
Edito. " Hago Saber. Que de orden superior, instruyo causa de delito de rebelión militar contra el paisano vecino de Manzanillo, señor José Miró Argenter, desaparecido de la jurisdicción. Y usando de la autoridad que me concede el Código Militar de Justicia, cito, llamo y emplazo por este Juzgado al nombrado… para que se presente en plazo breve". (33)
De Miró nuestro pensador Mayor, José Martí, también escribió, refiriéndose a ese hombre de tantos méritos.
. Miró; de gesto animado y verbo bullente, alude a su campaña de siete años en La Doctrina de Holguín, y luego en El Liberal de Manzanillo, que le pagaban Calvar y Beattie, y donde le sacó las raíces a los "cuadrilongo", a los "astures", a "la malla integrista . (34)
En diciembre de 1890 se publica La Unión Española, periódico integrista, bajo la dirección de Ramón Ibáñez A. y la administración de Antonio C. Julius. Se publica como bisemanario político de tendencia españolizante, según la referencia que obtenemos del libro de Tirado, quien a su vez señala que este periódico es el mismo que se publicara anteriormente bajo la dirección de Eduardo Camino Baldomir y con el nombre de La Unión, lo que no creemos real, pues el editado bajo la dirección del citado se publicaba aún en 1891 y en 1898, con Wenceslao Bosh y Puig aún como propietario y fundador.
De La Unión Española Tirado señala que desde sus páginas se desarrollaron violentas campañas contra elementos liberales cubanos, a tal magnitud que trascendían la vida privada y dieron lugar a encuentros personales de toda clase:
"…La Unión, órgano de los integristas, atacaba los elementos autonomistas y a todos aquellos que se relacionaban con éstos, tal es el caso del coronel de ingenieros militares españoles, Ricardo Vallespín, peninsular amigo de los cubanos. La muerte de éste se corrió en esos día de 1894 a causa de envenenamiento (sic), los cubanos tributaron un homenaje a sui memoria, que promovió duelos; uno entre el director del citado diario y el teniente del ejército español Rafael Bril, militar de ideas liberales, y otro entre el director del periódico autonomista El Liberal, José Miró Argenter y uno de los caciques más integristas de la colonia."(35)
En los primeros meses de 1895, se publica en Manzanillo El Noticiero, periódico dirigido por Luis Otero. La redacción y administración se encontraba en la calle Real, esquina a"(opuesta) Comercio, siendo impreso en la imprenta El Comercio. (36)
Se edita a cuatro páginas, escrito a cuatro columnas, en las que aparecen anuncios, clasificados, propaganda comercial, el editorial con el título de El Noticiero, donde se tratan temas políticos referidos a los españoles, aparecen además noticias de España y noticias de la guerra, felicitaciones y una sección judicial concerniente a asuntos de la alcaldía municipal. Como tal, presenta una marcada tendencia españolizante, es un representante más del integrismo.
DE NUEVO LA MANIGUA REDENTORA
La prensa mambisa que desde 1868 tuvo una vida llena de peligros por los azares de la guerra y la escasez de recursos para sustentarse, pero que desempeñó un gran papel en los campos de batalla, vuelve a resurgir en la contienda del 95 como el medio idóneo para decir la verdad del acontecer y sucesos de la manigua redentora y mantener informado al ejército libertador de los hechos, decretos y progresos de la guerra.
4.1 José Guinot Saavedra y La Independencia
En los mismos albores de la contienda del 95 y durante los cuatro años que ésta duró, el Comandante José Guinot Saavedra, joven habanero residente en Campechuela, y por orientaciones de Bartolomé Masó, publica en una pequeña imprenta instalada en la prefectura Pablo Bejuquero, en plena Sierra Maestra, el periódico La Independencia que desempeñaría el mismo papel de El Cubano Libre durante la guerra del 68.
La pequeña imprenta que dio vida a este rotativo fue llevada desde Manzanillo a duras penas al lugar antes mencionado, y el primer número se edito en una cueva el 1ro de noviembre de 1895. Circuló en Campechuela, Niquero, Bayamo, Jiguaní y Manzanillo hasta finales de 1898. De la función que desempeña, Modesto Tirado García (hijo) señala en su folleto Periódicos Mambises:
"…Bien levantando el ánimo de los timoratos cobardes, bien describiendo con absoluta veracidad los partes de avances de los encuentros entre peninsulares y cubanos, sin apartarse de la verdad, diciendo las bajas que hubo en tal o cual combate, tal y como lo hiciera el general Miró en sus Crónicas de la invasión, no como lo hacia la prensa española; mentirosa y calumniadora que "mataba 1000 o 500 mambisillos por cada español muerto en campaña; sin darse cuenta que la guerra se hizo con los rifles y pertrechos que los mambises le arrancaron a los soldados de la metrópolis. (37)
4.1 Periódicos integristas y Weyler en Cuba.
En el transcurso de los primeros meses de 1895, se publica en Manzanillo Canta Claro, " semanario político de tendencia integrista cuyo director, cuenta Tirado en su libro, un lenguaraz periodista español que desbastaba a las patrióticas familias cubanas, es ajusticiado por el coronel Amador Guerra Monzón, veterano de la guerra que luego cae herido durante la toma de Cayo Redondo, en las cercanías de Manzanillo, el Primero de Julio de 1895 y que muriera al día siguiente en Nagua, siendo enterrado en dicho lugar ". (38)
El 10 de febrero de 1896, a pocos meses de haber iniciado la guerra emancipadora, llega a Cuba el General Valeriano Weyler para hacerse cargo de la situación y del gobierno de la Isla. A los dos días de su llegada, el 12, refiere Modesto Arquímedes Tirado, " circula en Manzanillo una hoja impresa, dándose a conocer el reciente relevo de mandos y las palabras que dirigió (éste) a los que estaban presente en el acto de la toma y posición (del gobierno) y que demuestra la política que se disponía a seguir durante el período de contienda ". (39)
Se dictan medidas como la concentración de las familias del campo, con el fin de evitar que se pasen y ayuden al ejército insurrecto, lo cual trae consigo la muerte de miles de cubanos en estos campos de concentración. Tal medida se conoce en la historia como la "Concentración de Weyler".
El Comercio, periódico político de noticias generales, comienza a circular en la primera semana de abril de 1896, como se evidencia con la existencia del número 14 del 21 de mayo de 1896, Año I y cuyo director y administrador era José Sagaró Benítez.
Se edita como tabloide, a cuatro columnas, cuatro páginas, donde se contemplan anuncios, poesías, notas locales, etcétera. Es un bisemanario. Al parecer no tiene relación ni nada que ver con el publicado aquí con ese nombre en 1864.
El 21 de Octubre de 1896 circula en Manzanillo una hoja impresa y firmada por el Comandante militar en la plaza de la ciudad, donde aparece un bando del General Weyler ordenando la concentración de las familias cubanas en el término de ocho días.
Al año 1898, primera quincena de marzo, corresponde la salida de La tribuna, periódico político independiente, fundado y dirigido por el Comandante del Ejército Libertador Rafael Gutiérrez Fernández, quien luego sostuvo desde sus páginas una recia campaña contra las autoridades civiles y militares cubanas y norteamericanas. Esta forma de actuar de Gutiérrez conlleva a que el periódico tenga poca duración (algunos meses). (40)
No obstante, reaparece de nuevo más tarde. El número 48 del 23 de marzo de 1901 sale como Tercera Época, Año Cuarto (tabulando este ejemplar pudimos determinar año de su fundación). El redactor jefe era Andrés Martín y de Castro. Al parecer vuelve a recesar en su circulación y en 1913 reinicia por empeño de Belisario Baldoquín, quien a su vez, atendiendo a que no le es rentable, lo traspasa a Alfonso Sánchez Quesada, quien lo convierte en uno de los diarios más populares de Manzanillo.
De La Tribuna existe evidencia de que salía aún en 1933, como es el caso del número 1 963, Año XX (aquí como año de publicación solo contempla su salida en 1913), publicado el jueves 6 de julio de ese año, a ocho columnas y con cuatro páginas.
A inicios de abril de 1898 se publica El Repórter, periódico que fuera el primer diario de Manzanillo. Fue fundado y dirigido hasta su muerte por Manuel Estrada Estrada y editado por Donatilo Jaime y Puig, quien era a su vez el dueño de la imprenta. (41)
En sus páginas, el 30 de abril de 1899, aparece la reproducción de una noticia sobre un supuesto atentado a Máximo Gómez, en Manzanillo, publicada en el periódico Listín Diario, de Santo Domingo, y seguida de ésta el comentario que hizo de tal hecho El Repórter "… es increíble y bochornoso que un órgano de la prensa periódica, que nunca y menos en una época de agitación como la presente se ocupe de propalar noticias absolutamente falsas…" (42)
Sobresale también que es con este rotativo que se inician en Manzanillo las publicaciones extraordinarias, al publicar el 24 de agosto un número especial, "para recordar el onomástico del general Bartolomé Masò "(sic), hecho de trascendencia para la prensa local.
FORCEJO DE IDEAS. LA LIBERTAD APARENTE
Entre noviembre y diciembre de 1898 aparece La Democracia, que dirigen el General José Miro Argenter y Fernando Fernández de Córdova, veteranos ambos del periodismo en Manzanillo. Este periódico se publica en defensa de los ideales independentistas. En el 1902, con la Republica Mediatizada, es dirigido por Francisco Javier Antúnez. (43)
En la primera semana (domingo 2) de enero de 1899 comienza a circular en Manzanillo El Álbum, semanario que se autotitula como periódico literario. Fundado por el Licenciado José Manuel Guerrero; el administrador era Ramiro Ramírez; y Colaboradoras: las Srtas. Mercedes Núñez, Dolores Bertrán, América Betancourt y Consuelo Álvarez.
Se publica los domingos en la imprenta El Nuevo Régimen, en Manzanillo. En él colabora también con sus poesías Domitila García Doménico, hija de Rafael García periodista que había sido expulsado de Puerto Príncipe por sus ideas liberales y fundara aquí el periódico La Antorcha, en 1864.
Delio Orozco, historiador de la ciudad, en uno de sus artículos señala la existencia de esta publicación al realizar un análisis del poema "Mi Bandera" de Bonifacio Byrne (dedicado a su coterráneo el General Pedro Betancourt) aparecido en los fechados el 2 de abril de 1899, con el número 9, y el 23 de julio de 1899, con el número 24.
En entrevista con Orozco conocimos de los ejemplares encuadernados consultados por él, propiedad del amigo José Escala Manday, y que van desde los números mencionados hasta el 30 de julio de ese mismo año, marcado con el número 25. El ejemplar del 28 de mayo incluye, a toda página, un recuadro donde aparecen los créditos de esta publicación.
En las páginas de El Álbum, el 25 de junio de 1899, salió un escrito donde se plasma que ha llegado " a nuestra mesa de redacción el simpático periódico El Duende, que ve la luz en esta ciudad, viene ameno y chistoso. Felicitaciones a sus directores ",(44) lo cual nos dice de la existencia de ese otro rotativo, pero no contamos con otros datos para poder tabularlo y caracterizarlo, siendo cierto que debe haber visto la luz en esa fecha. Tirado en su libro inédito solo nos dice que su director era Eduardo López Arcillas. (45)
Otros periódicos surgen en Manzanillo en los años comprendidos entre 1868 a 1899, la mayoría de los cuales tienen vida efímera, y de los cuales no se cuenta con evidencias palpables. No obstante mencionamos algunos de ellos a partir de referencias tomadas de otros trabajos y publicaciones de la época, y en especial el libro Efemérides de Manzanillo: Ciudad-Masó, de Tirado.
Entre estos periódicos están: El Látigo, dirigido por Luis Salazar (1869); La Sonrisa, de José Elios Pérez; La Opinión, de Wenceslao Boch; La Verdad, de Ángel Martín, periodista muerto al salir de su casa en 1898; se mencionan además La Justicia, de Domingo Socarrás; Miscelánea, de Juan Torres Vega y La Chicharra, de Eufemio Solá.
Otros como La Época, del Licenciado Claudio Lescos Purset; El Diablo Cojuelo, de Pedro Escarré; Excelsior, dirigido por Francisco Bertot B, veterano del periodismo en Manzanillo, y El Granito de Arena, que fuera fundado y dirigido por el párroco Francisco Pérez Acevedo (46) (párroco de la ciudad) con el fin de divulgar las ideas eclesiásticas, fueron publicados entre 1890 al 1898 pero no hay evidencias claras que así lo sustenten, a no ser su mención en el libro Efemérides de Manzanillo Ciudad-Masó, de Tirado. (47)
De ellos, el propio Tirado expuso que resultaron ser publicaciones independientes, de corta vida, terminando la generalidad de ellas por desaparecer debido a la persecución oficial a raíz de la guerra de independencia en algunos casos o porque constituían periódicos de ocasión, venidos a la luz en representación de determinados intereses o para divulgar determinados hechos.
La prensa en Manzanillo, que desde mediados del siglo XIX comienza a dar sus primeros pasos, se comporta en todos esos años al margen de la situación existente en el país, desarrollándose en determinadas ocasiones como exponente de las pugnas entre las distintas tendencias de la época: los representantes del integrismo y los elementos más radicales que promulgaban las ideas liberales dentro de la población.
Grandes fueron las campañas llevadas a cabo entre los periódicos representativos de esas tendencias, donde la mayoría de las polémicas periodísticas terminaban en duelo o agresiones personales.
Algo también es cierto, y no podemos dejar de mencionarlo, los periódicos en la Colonia, si bien respondieron a la clase dominante en su gran mayoría, constituyeron de por sí un espacio en el que se divulgaron las primeras manifestaciones artísticas y literarias de esta región, inquietudes y anhelos de los hijos de esta heroica y revolucionaria tierra, e iniciaron una tradición cultural que en el siglo XX alcanzaría su mayor esplendor; y por otro lado, periódicos como El Comercio, La Aurora, El Liberal y La Democracia fueron fieles exponentes de los ideales de los patricios más consecuentes de esos años.
Por esa línea, desempeñaron un importante papel en la divulgación de las ideas independentistas y en otros casos como La Independencia, periódico insurrecto editado en plena manigua, constituyeron un arma de combate para decir la verdad de lo que ocurría en los campos de batalla al estallar la guerra de independencia.
Entre las figuras de gran trascendencia que dieron brillo al periodismo en Manzanillo se destacan Carlos Manuel de Céspedes, José María Merchán, Bartolomé Masò Márquez y José Miró Argenter, representativas figuras de los ideales de un pueblo y una porción de tierra donde el tañir de la campana de La Demajagua se mece en las olas del Guacanayabo, en perenne canto al amor y el combate.
Cerrando esta etapa queremos signar que desde el primer periódico El Eco de Manzanillo, en 1857 y hasta el 1898, en esta ciudad se editaron cuarenta y tres publicaciones entre semanarios, bisemanarios, interdiarios, diarios y hojas sueltas, quehacer editorial que abrió las puertas a lo que sería una hermosa historia periodística en esta ciudad, en el ámbito de las letras y la cultura.
LA PRENSA EN EL SIGLO XX.
CAPITULO VI
Primeros 20 años de la Seudorepública.
La intervención de los Estados Unidos en la guerra hispano-cubana cuando ya la Metrópoli estaba prácticamente vencida, cambia los destinos de los hijos de la Mayor de las Antillas, abriéndose una nueva página de dependencia en la historia de Cuba.
En 1902, queda constituida República Mediatiza o falsa república, con lo que Cuba se convierte en una neocolonia de los Estados Unidos de América. Asume la presidencia Tomás Estrada Palma.
Las diferencias políticas, las ambiciones y mezquindades que surgen con la República, deformada desde sus mismos inicios de proclamación, fraccionan la prensa en Cuba, la mayor parte de la cual se pone al servicio de los intereses de la burguesía y las clases explotadoras.
No obstante, surgen otros periódicos que responden a los intereses de la clase obrera, motivo por el cual sufren constantemente el hostigamiento de los gobiernos de turno que se suceden en la República Mediatizada.
En Manzanillo se inicia una nueva etapa para el periodismo, la cual habría de durar más de medio siglo.
6.1 Sobrevivientes de la colonia.
El Eco de Manzanillo, vocero informativo que en época de la colonia saliera en dos etapas diferentes (1857 y 1882), bajo la dirección de Francisco Murtra y Alberto Segrera, respectivamente, reaparece en 1900 bajo la nueva línea que las circunstancias apremian. En esta tercera etapa de su publicación tiene corta vida, según apunta Tirado en su libro.
La Tribuna, que saliera en el 1898, circula en 1901 como tercera época, Año Cuarto y aún lo haría en 1933, aunque con distintos propietarios y en diferentes etapas y años de publicación.
La Democracia, surgido en la colonia bajo la dirección de Miró Argenter al concluir la guerra de independencia en 1898, sobrevive la República y en 1902 pasa a ser dirigido por Francisco Javier Antúnez, (periodista que en época de la colonia publicara El Artesano), según referencias de Tirado sobre éste en su trabajo de recopilación de datos cuando señala que el 25 de julio de 1902 se efectuó en Manzanillo el acto de inauguración de la construcción del Sanatorio de la Colonia Española donde estuvieron presentes Manuel Estrada Estrada, director de El Repórter y Francisco J. Antúnez, director de La Democracia.
El Repórter, proveniente de la colonia, circula en estos años aún bajo la dirección de Manuel Estrada Estrada y editado por Donatilo Jaime Puig. Presenta cuatro páginas, escrito a cuatro columnas, donde aparecen anuncios, crónicas sociales, artículos sociales y políticos. Dándose inicio así a la utilización dentro de la prensa local de otros géneros periodísticos.
Se mantiene como periódico diario. Perteneció primero al partido liberal y posteriormente se delinea hacia posturas conservadoras. Constituyó la expresión escrita del ideal de su director, defendido a lápiz y sangre. Tal es el caso del encuentro a balazos en la noche del 30 de agosto de 1908 sostenido por Estrada y el director del periódico local El Vigilante, de Manuel Elios Frómeta, quien resulta muerto en la contienda.
El 20 de mayo de 1902, año IV, con el número 622, se publica una edición extraordinaria de este diario local en saludo a la fecha de nacimiento de la República neocolonial, siguiendo la línea de valerse de números especiales cuando el caso lo requería, como ya lo había hecho en la colonia. Con él, planteamos ya, se iniciaron en la prensa local las publicaciones extraordinarias.
En 1910, El Repórter se autotitula como periódico político, su formato era de 24 por 15 pulgadas y en sus páginas aparecen notas de artículos tomados de otras publicaciones, referidos a las elecciones de José Miguel Gómez, candidato liberal, vencedor en las elecciones. Manuel Estrada llegó a ser secretario de éste en la época de La Chambelona" (1917)
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